Cantahora

Gema Caballero y Rosario Tremendita

No es gratuita la adjetivación de “creadoras” en estas dos mujeres. En los últimos tiempos el marketing del flamenco está enarbolando la palabra “revolucionario” para aplicarla impunemente a artistas que a día de hoy no pasan de la categoría de intérpretes. La revolución es una cosa muy seria que está solo al alcance de unos pocos genios cuya inquietud expresiva ha pasado previamente pos alcanzar un dominio absoluto de la materia artística con la que trabajan y que, después, se encargan de transformar. Así ha pasado con Paco de Lucía, con Manolo Sanlúcar, con Camarón o con Morente.

En el caso que nos ocupa no hablamos de revolución, pero sí de evolución, porque nos encontramos ante dos mujeres cuyo camino de crecimiento –sin impostura y sin marketing-  les está llevando de forma natural a la elaboración de discursos auténticamente creativos. Gema Caballero y Rosario La Tremendita tienen estéticas muy distintas pero han seguido caminos paralelos en cuanto a formación y compromiso con el flamenco. Conocen al milímetro los cantes, las escuelas, las emociones… Ambas no solo son unas excelentes intérpretes sino que cada una de ellas –a su respectiva manera- ha desarrollado una identidad propia que hace que los estilos le suenen distintos. Y además, ambas llevan años ejerciendo la dirección musical de espectáculos de danza. En definitiva: dos mujeres muy diferentes que tienen en común su  talento, su inquietud investigadora, el haberse construido una identidad propia y con vocación y capacidad para la creación. Así lo han demostrado en su propuesta conjunta: ellas, modestamente, la titulan CantAhoras, pero en vista del resultado bien podría titularse Creadoras.

Si de CantAhora decimos que el repertorio está formado por fandangos, bambera, soleá, tangos, malagueña, sevillanas, tanguillos, etc., no estaríamos reflejando la verdadera esencia del espectáculo. Esos cantes están, sí, pero no como un recital al uso, sino como en forma de pequeños universos elaborados en torno a cada estilo: que cada uno de esos palos –y otros más- son presentados después de un exhaustivo trabajo de creación. Cada número no es un tipo de cante, sino una construcción musical en toda regla elaborada a partir del estilo concreto. Nadie puede decir que no canten “por derecho”, pero nada suena a tradicional… Y todo suena a gloria.

Es muy interesante comprobar el trabajo de investigación que hacen en cada pieza del espectáculo: exploraciones melódicas, diferentes patrones rítmicos dentro de un mismo compás, hacen que convivan formas flamencas que tienen vidas independientes, etc. Su propuesta no da tregua y eso les exige lo mejor de sí mismas en cada momento. Ambas se miran, se escuchan, se esperan, se cantan –a veces a dos voces-, se animan, se complementan: Como diría Ricardo Solfa, mujeres imán.

Y en cuanto al planteamiento escénico las dos artistas se muestran sin más compañía que los múltiples instrumentos: guitarra, bajo eléctrico, cajón y cascabeles. Rosario acompaña a Gema –por cierto, excepcionalmente por soleá- y se acompaña a sí misma con la guitarra y con en bajo en un alarde de triple salto mortal. Con una cuidada puesta en escena -sobria pero eficaz- La Tremendita y Gema Caballero exponen el fruto de su trabajo en común: dos amplias y ricas trayectorias que se brindan la una a la otra porque ellas son las primeras que disfrutan y en este empeño no se guardan nada porque en el escenario solo hay verdad: o, mejor dicho, dos verdades en una. Y solo con verdad puede haber evolución y, quién sabe si mañana, revolución.

(deflamenco.com)

 

* Se estrenó en Festival Flamenco de Toulouse de 2017 y ha sido presentado en importantes festivales como Jornadas Flamencas de Fuenlabrada o Festival Flamenco Madrid.